A una distancia de 16 km de la localidad de Fiambalá sobre el sector Este y a 1.800 msnm el complejo cuenta con cuenta con 14 piletones de una profundidad de entre 80 y 140 cm. de profundidad. Las temperaturas oscilan entre los 50° y 37° de temperatura, posee playas de estacionamientos y lo más importante.
Las aguas termales poseen propiedades curativas, sus nacientes son en medio de la Quebrada de las Sierras de Fiambala, ya en el complejo se puede disfrutar, además de los piletones, el entorno, conservando casi la originalidad del lugar, su flora y fauna. Encuentra también los servicio de sala de primeros auxilios, en temporada alta fisioterapias, hidroterapias, etc, valiéndose de las propiedades de la aguas, duchas y cambiadores.
Yacimiento termal de Fiambalá
Las aguas calientes que salen de la Quebrada de Las Termas a una altura de 1.860 msnm, no son volcánicas. En el lado de las Sierras de Fiambalá no hay vulcanismo, en la cordillera si lo hay. El agua de Las Termas es dulce porque no lleva mucha sal. En cambio, las aguas volcánicas por lo común contienen mucha sal o también azufre y son amargas.
La temperatura del agua de las termas tiene además otra explicación: la razón es que el granito rojizo que forma un cuerpo muy grande en las Sierras de Fiambalá y continúa a mucha profundidad, esta perforado por un sistema de fisuras que se llena de agua proveniente de las napas subterráneas, de las pocas lluvias y de la nieve, bajando por las fisuras el agua alcanza mucha profundidad en la tierra.
Características de las aguas termales
Las termas de Fiambalá, ubicadas en un ambiente natural, con paisajes de ensueños, tiene una particularidad que las hace única, están conformadas por 14 piletones naturales de roca cordillerana, que se disponen uno de tras de otro en un cauce natural de nueve niveles, de modo que el agua va descendiendo al mismo tiempo que se enfría.
Las aguas en lo alto de la quebrada de varias vertientes a 52° grados, en el primer piletón tiene 51°, pasando por los 40° llegando a los 30°, que es la temperatura de mejor tolerancia.
A lo largo de la historia las aguas termales de Fiambalá han sido estudiadas por centros de estudios, como la Universidad de Tucumán y de la Plata, como así también por algunos investigadores como los Doctores Martin de Moussy, German Burmeister y W. Rohmender.
El Dr. Herrera Duclox clasifica a las aguas como: Hipertermal, Sulfatada, Salicatada, Alcalina bicarbonatada y clorurada débilmente y las indica para la artrosis reumatoidea aguda y crónica, reumatismo gotoso, neuroendocrino con trastorno de la circulación periférica con manifestaciones de alergia, ciática y lumbago, reumatismo crónico deformante, etc.
Las recomienda para las afecciones nerviosas, ya que son altamente sedantes y relajantes del sistema nervioso, limpian los tejidos, favorece el drenaje de los riñones, desintoxican el organismo, este lavado de eliminación influenciado por los silicatos mejora la presión arterial.
Recomendaciones:
• Los baños son de inmersión y progresivos en temperatura y duración
• La temperatura del agua; al comenzar no debe estar muy alta, si puede hágase controlar la presión arterial
• Efectué movimientos lentos bajo el agua
• Después de cada baño sáquese la ropa mojada, haga reposo, bien abrigado, o cúbrase con toallones o bata
• No tome frío después de su baño, recuerde que todos tenemos un sistema termorregulador y su organismo tarda en adaptarse a los cambios termo fisiológicos.
• Para una acción beneficiosa de los baños termales convine la actividad con una vida tranquila, emprenda caminatas diarias durante el tratamiento y haga reposo
• Si viene con un programa anti estrés, con tres días estará bien
• Es lo ideal NO tomar baños con jabón o champú después de salir de las aguas, ya que neutraliza el efecto de los elementos dejados por el agua en la piel
• Las propiedades físico químicas y biológicas de las Aguas termales de Fiambalá actual eficazmente sobre el sistema nervioso, aparato locomotor, respiratorio, piel y relax
• Sería conveniente que la estadía en el complejo termal durara 21 días, que es el tiempo recomendado por los especialistas en caso de tener alguna enfermedad.
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